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San Miguel de Tucumán

Adiós al Dr. Oscar Iguzquiza: un legado imborrable en la neurología y la docencia

Con profunda tristeza, la comunidad académica, médica y tucumana se despide de uno de sus más distinguidos hijos, el Dr. Oscar Iguzquiza (h), quien dejó una huella imborrable en el campo de la neurología, la docencia y en el corazón de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.

El Dr. Iguzquiza, reconocido por su destacada labor en el ámbito clínico y académico, falleció recientemente, dejando un vacío irremplazable en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), donde se desempeñaba como profesor adjunto de la cátedra de Neurología. Su partida, aunque esperada en su última etapa debido a su delicada salud, ha calado profundamente en colegas, estudiantes y familiares, quienes lo recuerdan con un cariño inmenso y una gratitud infinita.

Un médico de vocación y humanidad

En una entrevista para Radio Universidad, el Dr. Campero, titular de la cátedra de Neurología de la UNT y amigo personal del Dr. Iguzquiza, destacó no solo sus logros profesionales, sino también su calidez humana. “Oscarcito”, como lo llamaban con afecto quienes lo conocieron de cerca, fue un médico solidario, accesible y siempre dispuesto a brindar ayuda. Campero recordó cómo el neurólogo fue un pilar para muchos en momentos difíciles, siempre disponible para ofrecer su apoyo, ya fuera en el ámbito público o privado.

Un legado académico

El reconocido médico también dejó su impronta en el ámbito académico. Fue docente en la Facultad de Psicología y tuvo un papel fundamental en el Programa Provincial de Epilepsia, que contribuyó a mejorar el tratamiento y diagnóstico de esta enfermedad en Tucumán. Su habilidad para enseñar y su pasión por la neurología no solo inspiraron a sus estudiantes, sino también a sus colegas, quienes lo reconocieron por su humildad, dedicación y el amor que ponía en cada clase.

Junto a su padre, el también destacado neurólogo Oscar Iguzquiza (padre), formaron una de las familias más influyentes de la medicina neurológica en Tucumán, consolidando a la familia Iguzquiza como referente en la especialidad.

Compromiso con la salud pública

En su carrera profesional, el Dr. Iguzquiza mostró un compromiso inquebrantable con la salud pública y privada. Fue fundador del servicio de neurología en el Hospital Avellaneda, una de las instituciones más importantes de la provincia. Aunque en sus últimos años ya no ejercía allí, su legado sigue vivo, tanto en la infraestructura del servicio como en los recuerdos de aquellos pacientes que lo conocieron.

La comunidad universitaria y médica ha expresado su dolor con un asunto académico que se extiende hasta el 7 de octubre, tanto en la Facultad de Medicina como en la Facultad de Psicología. Ambas facultades, en reconocimiento a su invaluable aporte, lamentan su partida y acompañan a su familia en este momento de duelo.

Un adiós lleno de amor y gratitud

El Dr. Oscar Iguzquiza fue, en palabras del Dr. Campero, un gran neurólogo, un gran docente, pero sobre todo, una gran persona. Su legado es un testimonio de su dedicación a la medicina, a la educación y a sus pacientes, pero también de su aprecio por el prójimo. Hoy, Tucumán, la UNT, la medicina y todos aquellos que lo conocieron, despiden a una figura insustituible que trascendió en todos los roles que desempeñó: como médico, docente y ser humano.

Con profunda tristeza, la comunidad académica, médica y tucumana se despide de uno de sus más distinguidos hijos, el Dr. Oscar Iguzquiza (h), quien dejó una huella imborrable en el campo de la neurología, la docencia y en el corazón de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.

El Dr. Iguzquiza, reconocido por su destacada labor en el ámbito clínico y académico, falleció recientemente, dejando un vacío irremplazable en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), donde se desempeñaba como profesor adjunto de la cátedra de Neurología. Su partida, aunque esperada en su última etapa debido a su delicada salud, ha calado profundamente en colegas, estudiantes y familiares, quienes lo recuerdan con un cariño inmenso y una gratitud infinita.

Un médico de vocación y humanidad

En una entrevista para Radio Universidad, el Dr. Campero, titular de la cátedra de Neurología de la UNT y amigo personal del Dr. Iguzquiza, destacó no solo sus logros profesionales, sino también su calidez humana. “Oscarcito”, como lo llamaban con afecto quienes lo conocieron de cerca, fue un médico solidario, accesible y siempre dispuesto a brindar ayuda. Campero recordó cómo el neurólogo fue un pilar para muchos en momentos difíciles, siempre disponible para ofrecer su apoyo, ya fuera en el ámbito público o privado.

Un legado académico

El reconocido médico también dejó su impronta en el ámbito académico. Fue docente en la Facultad de Psicología y tuvo un papel fundamental en el Programa Provincial de Epilepsia, que contribuyó a mejorar el tratamiento y diagnóstico de esta enfermedad en Tucumán. Su habilidad para enseñar y su pasión por la neurología no solo inspiraron a sus estudiantes, sino también a sus colegas, quienes lo reconocieron por su humildad, dedicación y el amor que ponía en cada clase.

Junto a su padre, el también destacado neurólogo Oscar Iguzquiza (padre), formaron una de las familias más influyentes de la medicina neurológica en Tucumán, consolidando a la familia Iguzquiza como referente en la especialidad.

Compromiso con la salud pública

En su carrera profesional, el Dr. Iguzquiza mostró un compromiso inquebrantable con la salud pública y privada. Fue fundador del servicio de neurología en el Hospital Avellaneda, una de las instituciones más importantes de la provincia. Aunque en sus últimos años ya no ejercía allí, su legado sigue vivo, tanto en la infraestructura del servicio como en los recuerdos de aquellos pacientes que lo conocieron.

La comunidad universitaria y médica ha expresado su dolor con un asunto académico que se extiende hasta el 7 de octubre, tanto en la Facultad de Medicina como en la Facultad de Psicología. Ambas facultades, en reconocimiento a su invaluable aporte, lamentan su partida y acompañan a su familia en este momento de duelo.

Un adiós lleno de amor y gratitud

El Dr. Oscar Iguzquiza fue, en palabras del Dr. Campero, un gran neurólogo, un gran docente, pero sobre todo, una gran persona. Su legado es un testimonio de su dedicación a la medicina, a la educación y a sus pacientes, pero también de su aprecio por el prójimo. Hoy, Tucumán, la UNT, la medicina y todos aquellos que lo conocieron, despiden a una figura insustituible que trascendió en todos los roles que desempeñó: como médico, docente y ser humano.

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