La politóloga Natalia Alvarado Ávalos, egresada de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA) y maestranda en Comunicación Política en la Universidad Austral, analizó los resultados de las recientes elecciones legislativas y ofreció una lectura detallada de lo ocurrido en la provincia de Tucumán. En diálogo con Radio Universidad, Alvarado Ávalos destacó que, aunque el oficialismo provincial, encabezado por Osvaldo Jaldo, obtuvo el primer lugar, el resultado expuso tensiones internas y dejó al descubierto una pérdida de fuerza política en algunos territorios clave. “Fue una elección rara, que hay que mirar quirúrgicamente. El peronismo se plantó como el quinto partido más votado del país y alcanzó un alto nivel de participación en la provincia, pero aun así sufrió una derrota moral. No logró las tres bancas que esperaba, a pesar de presentar una lista fuerte con figuras de peso”, señaló la politóloga.
Uno de los datos que más llamó la atención de la analista fue el crecimiento de La Libertad Avanza, que obtuvo alrededor del 35 % de los votos en Tucumán, superando ampliamente las proyecciones de las encuestas. “La variable que sorprendió fue el porcentaje de La Libertad Avanza. Se esperaba un 20 o 25 %, pero terminó consolidándose como segunda fuerza y ganando una banca. En contraste, figuras como Roberto Sánchez o Ricardo Bussi quedaron relegadas, con menos del 10 %”, explicó. Alvarado Ávalos remarcó que el desempeño opositor fue todavía más débil que el del oficialismo, al presentar una oferta fragmentada y sin conducción clara. Además, observó que el fenómeno libertario en Tucumán parece apoyarse más en el sello nacional que en liderazgos locales. “La elección fue Jaldo o Milei. No fue Jaldo o Pelli, el candidato provincial de La Libertad Avanza. En las calles, en la vía pública y en el discurso cotidiano, la polarización se dio entre esos dos nombres. Eso habla del peso del sello nacional y no de una estructura partidaria provincial consolidada”, analizó.
Para la politóloga, la diferencia que impidió al peronismo acceder a una tercera banca se definió en San Miguel de Tucumán, donde el oficialismo no logró mantener su caudal electoral. “La diferencia fue de apenas diez mil votos, y están en la capital. Eso evidencia que hubo problemas de movilización, de fiscalización y de articulación política. Internamente, el oficialismo deberá revisar lo ocurrido allí”, apuntó. La analista advirtió que esa falta de cohesión también expone una crisis de conducción local dentro del espacio gobernante: “Hubo una gran estructura y una lista con nombres fuertes, pero no alcanzó. Por eso hablo de derrota moral. A pesar del aparato y del respaldo territorial, no lograron retener una banca clave”, afirmó.
Respecto del futuro inmediato, Alvarado Ávalos consideró que tanto el oficialismo como la oposición deberán rearmarse de cara a las elecciones de 2027. “El escenario postelectoral muestra crisis en ambos frentes. El oficialismo deberá revisar su estructura interna y la oposición, que aparece más fragmentada que nunca, tendrá que reconstruir su liderazgo. En el caso de La Libertad Avanza, la incógnita es si podrá consolidarse como un partido provincial o si seguirá dependiendo del sello nacional”, explicó. La especialista también destacó la eficiencia del nuevo sistema de votación, que permitió conocer los resultados rápidamente y sin incidentes significativos. “Fue un proceso ágil, sin largas esperas ni demoras en el conteo. Eso también ayudó a legitimar los resultados y fortalecer la confianza del electorado”, valoró.
Por último, Alvarado Ávalos señaló que el panorama político tucumano quedó marcado por una fuerte polarización y una ciudadanía que eligió entre dos modelos de país. “Más allá de los nombres, la elección se vivió como una disputa simbólica entre la continuidad de un proyecto provincial y el impacto de una ola nacional. El desafío, para todos los espacios, será reconstruir la cercanía con el votante de cara a los próximos años”, concluyó.



